Himno a los Santos Patronos de Sagunto
San
Abdón y San Senén
( 1951)
Música : Joaquín
Rodrigo Vidre (Sagunto 1901-1999)
Letra: José María Zahonero Vivó (Sagunto 1903-Valencia
1994)
Himno a los Santos Patronos de Sagunto
San
Abdón y San Senén
( 1951)
Música : Joaquín
Rodrigo Vidre (Sagunto 1901-1999)
Letra: José María Zahonero Vivó (Sagunto 1903-Valencia
1994)
Joaquín Rodrigo obtuvo un gran éxito el año 1954, en
el estreno de “La Destrucción de Sagunto”, en el Teatro Romano de su ciudad
natal. Al año siguiente le dedicó una composición “Homenaje a Sagunto,” y lo
quiso hacer con un formato para instrumentos de viento, con la intención de que
fuera interpretado por las Bandas de Música.
Parece ser que este concierto, nace como fruto de una petición
del paisano y amigo del maestro Rodrigo, nos referimos al pianista Leopoldo
Querol, allá por los años 30 (1933).
Ocupado temporalmente por otros compromisos, abandona esta
composición hasta el año 1939 en que regresa al proyecto. Con motivo de la convocatoria
por parte del Ministerio de Educación del Premio Nacional de Música, para
galardonar un "concierto para piano y orquesta", Joaquín Rodrigo pone
punto final a este Concierto Heroico, recibiendo por él tal galardón.
Es el segundo de los conciertos que llega a componer. Por
referencia a su género, podemos citar el de "Aranjuez" (1939) y el de
"Estío" (1943).
"Sagunto, mi patria chica, a cuyas ruinas he dedicado este concierto". A través de este testimonio personal conocemos la
fuente original de la inspiración de la obra, cuya energía y vigor están
patentes a lo largo de sus cuatro movimientos: Allegro con brío, Scherzo, Largo
y Allegro maestoso.
Su primera audición, el 6 de Abril de 1943, con Leopoldo
Querol como solista de piano y la Orquesta Nacional de España, bajo la batuta
de E. Halffter, ocurre en Lisboa, siendo calurosamente acogida por el público y
generosamente elogiada por la crítica. El 22 de octubre de ese mismo año, se
estrenará en el Teatro Español madrileño, de cuyo programa de mano entresacamos:
"Entonces se precisa la intención de escribir un
concierto heroico, concebido a manera de vasto poema, gente abstracta de la que
el piano fuera protagonista, el héroe, y divida en cuatro tiempos, cuatro fases
distintas, encuadradas por la idea de lo heroico".
La arrebata y diríamos casi impulsiva manufactura del
maestro, origina un virtuosístico concierto distribuido en forma clásica, cuya
duración aproximada sobrepasa la media hora.
En cuanto al tratamiento del piano, queda muy claro cual es
su cometido: "He querido que el piano fuera el héroe y que la
orquesta no le sirviera ni de acompañamiento ni de fondo, sino de estímulo, de
acicate, para poder hacer su hazaña pianística, algo así como la razón y el
porqué de su empresa".
De alguna forma el solista debe ser también un héroe, cuya
labor inteligente de administración de esfuerzo, supone todo un reto a la hora
de interpretar el concierto, pues la resistencia y concentración que implican
su ejecución necesita economía de recursos en aras de un óptimo resultado.
Bibliografía: “Obras Maestras de Joaquín Rodrigo.” de Paula
Coronas Valle.
Es poco usual que un
compositor de la talla y sensibilidad de Joaquín Rodrigo, componga un pasodoble
y menos para un torero, pero es que todo tiene un porqué:
Hace años, viviendo en Madrid,
a Rodrigo lo llevaban a una peluquería a arreglarse el pelo, y a la vuelta lo
acompañaba a su casa, un chaval aprendiz de la peluquería, llamado Paquito y
durante unos dos años en uno de esos paseos, el maestro le preguntó que quería
ser de mayor, y Paquito le respondió que quería ser torero, y que estaba
aprendiendo en capeas, y Rodrigo se rio de buena gana:
“¿Pero Paquito si eres muy
chico, como vas tu a matar los toros si no levantas dos palmos del suelo? Mira,
si un día llegas a ser torero, yo prometo componer un pasodoble en tu honor.”
Pasaron los años y Paquito
creció y se convirtió en Paco Alcalde, dejó la peluquería, no volvió mas a ver
a Rodrigo y comenzó a recorrer tentaderos y de capea y en capea, se convirtió
en novillero, hasta que el año 1974, tomó la alternativa con gran éxito, en
Barcelona de mano de Curro Romero.
Un día recibió la sorpresa de
que el maestro quería “verle”, se acordaba de su promesa. Paco acudió a su
llamada y:
“Ante su mujer, me hizo
sentarme junto a su piano, allí emocionado, escuché aquel pasodoble que me había
prometido cuando yo era su lazarillo, cosa de la que siempre me sentiré orgulloso”
El pasodoble fue grabado por
la “Banda Ateneo Musical de Cullera” en 1976, y presentado por TVE.
Ese mismo año, Paco Alcalde
invitó a Rodrigo y su mujer, Victoria, a comer en su casa, para lo que guisó él
mismo, una paella. En esa comida estaban también la madre del torero y su buena
amiga la actriz Pilar Vázquez.
Fuente:
“JOAQUIN RODRIGO”, su vida y su obra.
de Vicente Vayá Pla (Primer
biógrafo de Rodrigo)