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jueves, 26 de mayo de 2022

"Concierto Heroico" concierto para Piano y Orquesta, de Joaquìn Rodrigo. (Dedicado a Sagunto)







 


"CONCIERTO HEROICO" DE JOAQUÍN RODRIGO

Un gran desconocido del repertorio del maestro Rodrigo, es el Concierto Heroico para piano y orquesta, injustamente olvidados por muchos, ¿músicos, críticos, aficionados...? a quienes correspondan.

Parece ser que este concierto, nace como fruto de una petición del paisano y amigo del maestro Rodrigo, nos referimos al pianista Leopoldo Querol, allá por los años 30 (1933).

Ocupado temporalmente por otros compromisos, abandona esta composición hasta el año 1939 en que regresa al proyecto. Con motivo de la convocatoria por parte del Ministerio de Educación del Premio Nacional de Música, para galardonar un "concierto para piano y orquesta", Joaquín Rodrigo pone punto final a este Concierto Heroico, recibiendo por él tal galardón.

Es el segundo de los conciertos que llega a componer. Por referencia a su género, podemos citar el de "Aranjuez" (1939) y el de "Estío" (1943).

"Sagunto, mi patria chica, a cuyas ruinas he dedicado este concierto". A través de este testimonio personal conocemos la fuente original de la inspiración de la obra, cuya energía y vigor están patentes a lo largo de sus cuatro movimientos: Allegro con brío, Scherzo, Largo y Allegro maestoso.

Su primera audición, el 6 de Abril de 1943, con Leopoldo Querol como solista de piano y la Orquesta Nacional de España, bajo la batuta de E. Halffter, ocurre en Lisboa, siendo calurosamente acogida por el público y generosamente elogiada por la crítica. El 22 de octubre de ese mismo año, se estrenará en el Teatro Español madrileño, de cuyo programa de mano entresacamos:

"Entonces se precisa la intención de escribir un concierto heroico, concebido a manera de vasto poema, gente abstracta de la que el piano fuera protagonista, el héroe, y divida en cuatro tiempos, cuatro fases distintas, encuadradas por la idea de lo heroico".

La arrebata y diríamos casi impulsiva manufactura del maestro, origina un virtuosístico concierto distribuido en forma clásica, cuya duración aproximada sobrepasa la media hora.

En cuanto al tratamiento del piano, queda muy claro cual es su cometido: "He querido que el piano fuera el héroe y que la orquesta no le sirviera ni de acompañamiento ni de fondo, sino de estímulo, de acicate, para poder hacer su hazaña pianística, algo así como la razón y el porqué de su empresa".

De alguna forma el solista debe ser también un héroe, cuya labor inteligente de administración de esfuerzo, supone todo un reto a la hora de interpretar el concierto, pues la resistencia y concentración que implican su ejecución necesita economía de recursos en aras de un óptimo resultado.

Bibliografía: “Obras Maestras de Joaquín Rodrigo.” de Paula Coronas Valle

 


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