( Valencia 1906, San Antonio de Requena 1983)
<< Joaquín
Rodrigo, saguntino,
espejo fuerte de tu
raza…
La luz del sol que no quema en tus ojos
arde en el fondo de tu
alma…
Los colores que ignora tu retina
los lleva, musical, tu
pentagrama…
Tu música, Joaquín, es el arco iris
que tras la lluvia en
los naranjos canta…
Tu melodía dice – ardiente y dulce—
como en los lienzos de
Sorolla hablaba…
Joaquín Rodrigo, tu Sagunto
en hombros te levanta,
con sus tres gracias
inmortales,
con las tres gracias de
su historia mágica:
gracia de hierro de los
Altos Hornos,
al rojo vivo, al borde
de las playas…
gracia del naranjal en
flor de amor
para tejer, nupciales,
las guirnaldas;
y gracia milenaria de
los muros
que alzó la mano de la
grey romana:
y todo: hierro, piedra
y flor de azahar,
Murviedro los ofrenda
ante sus plantas,
con el eco vibrante de
sus vivas
y el rumor fervoroso de
sus palmas…
Que si Sagunto, un día, te arrulló
--marinero y
huertano—con su nana,
hoy, para ti, Joaquín,
que eres su orgullo,
himnos triunfales de
homenaje canta.
Lira de oro es la tuya
y el oro de esa lira lo
derramas
en nuestros corazones
que paisanaje hermana.
Lira de oro, Joaquín,
y en ella, nota a nota,
nace y se alza
la gloria de tu música
primitiva y moderna,
pura y clásica…
¡ Timbales y clarines
tu nombre exaltan!
Sagunto te celebra
y al airear tu nombre
en sus murallas,
suenan por ti, Joaquín,
en musical y férvida
amalgama,
la jota naranjera de la
huerta
y la sirena loca de las
fábricas…
¡ Por ti, Joaquín Rodrigo, predilecto
de Sagunto!¡ Por ti
gloria de España ! >>
(Rafael Duyos, 1950)
Poema que recitó el rapsoda saguntino Alfredo Ríos, el día del nombramiento como Hijo Predilecto de Sagunto, a Joaquín Rodrigo.